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12 Claves para el manejo del estrés

1. Identifica las situaciones que te generan estrés

A veces son situaciones reales del entorno, y a veces pueden ser cosas que nos imaginamos. De cualquier manera, identificar específicamente aquello que nos genera estrés es el primer paso para combatirlo. Cuando se trata de situaciones a tu alrededor, lo que puedes hacer es aumentar tus habilidades para hacerles frente, y cuando se trata de preocupaciones a futuro y cosas que no están pasando, lo ideal es trabajar en el control de tus pensamientos.

2. Háblate con mensajes positivos

Ante el estrés solemos tener pensamientos preocupantes y catastróficos que nos generan ansiedad y nos pueden hacer tomar malas decisiones. Cambiar tu diálogo interno por mensajes más realistas y esperanzadores ayuda a fortalecer la confianza en ti mismo y la motivación de logro, por lo que podrás afrontar de mejor manera las situaciones. Ante una situación difícil ayuda decirte mensajes como: “confío en mis capacidades”, “voy a encontrar la manera de solucionarlo”, “sé que puedo lograrlo”, etc.  

3. Baja el ritmo

Si bien el estrés frecuentemente genera que nos aceleremos para aumentar nuestros recursos. Es importante que tomes un momento durante el día para bajar el ritmo de tus actividades y de tu organismo, de tal manera que evites un desgaste excesivo. Disfruta de actividades que te generen bienestar como ver la naturaleza, tomar una baño caliente, escuchar música relajante, etc.

4. Mueve tu cuerpo

Realizar algún tipo de ejercicio moderado ayuda a reducir los niveles de tensión corporal acumulada. Pueden ser estiramientos de espalda, hombros, cuello, cintura (por ser zonas donde más se acumula la tensión). El ejercicio ayuda a mitigar los efectos negativos de la hormona del estrés (cortisol) y resulta un factor protector contra enfermedades. Si no estás acostumbrado a practicar algún deporte, puedes empezar con caminatas moderadas y ejercicios de yoga.

5. Respira

Si bien la respiración es algo que nos acompaña en todo momento, difícilmente le prestamos atención. Dado que nuestra respiración se acelera y se vuelve entrecortada cuando nos sentimos estresados, ayuda bastante regularla. Asegúrate de tomar un tiempo para realizar respiraciones profundas, a un ritmo despacio, y que notes que se infla tu abdomen. Esto ayuda a activar la respuesta de relajación de tu organismo. Puedes realizar la respiración en tres tiempos: inhalando, manteniendo el aire dos segundos, y exhalando.  Repite este ejercicio de 6 a 8 veces y te sentirás mejor.

6. Organízate

Cuando hay tantas cosas por hacer, en muy necesario establecer prioridades y atender las situaciones que resultan urgentes e importantes. La desorganización constantemente quita tiempo, lo cual nos genera más estrés. Busca la manera de organizar tus tiempos y tus espacios a través de técnicas efectivas de planeación y organización del tiempo.

7. Delega

En nuestro día a día podemos encontrarnos muchas tareas que no son relevantes pero son necesarias de realizar. Para dichas tareas, lo que puedes hacer es buscar apoyo, ver la posibilidad de delegarlas, de tal manera que puedas cumplir con ellas sin que te quiten tiempo. En Irigoyen contamos con algunas estrategias fáciles y prácticas que te permiten identificar tus prioridades y optimizar tu tiempo. 

8. Pon tus límites

Cuando queremos realizar muchas cosas al mismo tiempo y aceptamos toda clase de peticiones, fácilmente podemos sobresaturarnos y llevarnos así a una situación de estrés. Aprender a decir NO resulta muy útil para enfocarnos en lo realmente importante. Reconocer tus propios límites y respetarlos es muy sano. No establezcas metas exageradas, aprende a decir no a exigencias adicionales y así evitarás ponerte el pie tú mismo. 

9. Haz pequeños cambios

Cambios pequeños y constantes pueden llevar a grandes resultados. Busca la manera de mejorar tu salud incorporando nuevos comportamientos en tu rutina diaria. Motívate sabiendo que estos cambios están encaminados a facilitarte la vida y a disfrutarla más. Algunos ejemplos son:  dormirte 15 min antes de lo acostumbrado, alimentarte mejor, levantarte 15 min antes para poder desayunar, realizar una pausa en tus labores para estirarte, etc.

10. Comparte con familiares y amigos

Los momentos de convivencia ayudan a tener una mejor perspectiva de las situaciones, además de que el desahogo de las dificultades y emociones generalmente lleva a una mayor claridad. EL apoyo social favorece el estado de ánimo y a su vez reafirma tus redes de apoyo. Asegúrate de tener varios momentos durante la semana en los que puedas hablar sobre lo que te ocurre y conectarte emocionalmente con las personas que te rodean.

11. Equilíbrate

Procura distribuir tu tiempo entre lo laboral y lo personal. Dale tiempo al trabajo, a tu familia, a tus amigos y a ti mismo. No te dejes de lado. Recuerda que las claves están en priorizar, tener una buena organización de tu tiempo y en respetar tus límites.

12. Aumenta tu tolerancia a la frustración

Siempre habrá situaciones que no podremos controlar y que a veces obstaculizan nuestros planes, sin embargo tu actitud hace la diferencia. Suelta aquello que no puedes cambiar y ten presente las cosas que sí puedes hacer, las que sí están en tus manos y da lo mejor de ti. Aun en la adversidad, no dejes de ver las posibilidades de éxito.

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