¿Para qué hacerlo?
Para facilitar la identificación, la expresión y el acompañamiento a través del intercambio con otros pacientes que pasan por las mismas situaciones, lo cual genera nuevas redes de apoyo.
Se recomienda para acompañar: casos de violencia o inseguridad, problemática específica del grupo, salud mental, adicciones, duelos, enfermedades terminales, etc.